viernes, 5 de julio de 2013

DUELE ECHARTE DE MENOS

Echo de menos esperarte en línea; cuando con camaradería absoluta hablábamos de cualquier tema; la confianza y la sinceridad crecía con cada palabra y el cariño se hacía mutuo. Era sentirme como en casa. Echo de menos las risas, los debates, las discusiones y esas lágrimas vertidas por tonterías. Echo mucho de menos la amistad que teníamos.

Duele, es como un golpe seco. Duele no verte entre mis afectos.  Duele tener tantas palabras en el corazón y no saber cómo decirlas por temor a desatar tu ira, tus sospechas, tu desconfianza de nuevo; miedo a acrecentar esta distancia que se ha instalado entre nosotros.

Duele creer que es mejor callar. Duele sentir que hay que escoger, cuidadosamente, el momento y las palabras para hablar contigo. Duele el vacío, el hueco del abrazo amigo. Duele no saber. Duele pensar que solo yo echo de menos. Duele debatirse entre el insistir y el abandonar. Duele sentir que la pérdida es definitiva.


Duele tanto echarte de menos, simplemente, querido amigo

Por: MARÍA GUADALUPE MUNGUÍA TISCAREÑO

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