viernes, 28 de junio de 2013

COMO AGUA QUE CORRE AL MAR



El mar
sonríe a lo lejos.
Dientes de espuma,
labios de cielo 

Como agua que corre al mar...

Voy transitando el camino:
con mi equipaje de sueños,
terciada al hombro la vida,
el corazón como guía
y la esperanza escondida
en tre senderos de hielo

¿Qué vendes, oh joven turbia
con los senos al aire?
Vendo, señor, el agua
de los mares 

Como agua que corre al mar...

Voy desvelando secretos,
erosionando mentiras
abriendo mil cauces nuevos
desgastando algunas dudas
en constante movimiento
que fractura los espejos

¿Qué llevas, oh negro joven,
mezclado con tu sangre?
Llevo, señor, el agua
de los mares

Como agua que corre al mar...

Tu recuerdo va flotando
en guijarros muy pequeños
que se amontonan maltrechos
en la cuenca de mis ojos
que iluminabas cantando
y hoy se han quedado en silencio

Esas lágrimas salobres
¿de dónde vienen, madre?
Lloro, señor, el agua 
de los mares

Como agua que corre al mar...

Se mezclan pesar y dicha
y en los brillantes destellos
se despedaza la luna
de insomnios y de desvelos
de pertinaces certezas
y obscuros presentimientos

Corazón, y esta amargura
seria, ¿de dónde nace?
¡Amarga mucho el agua 
de los mares!

Como agua que corre al mar...

Alimento mis secretos
se humedecen mis palabras
se ahogan los pensamientos
la piel se cubre de escamas
y se llenan las pupilas
de salados desconsuelos

El mar
sonríe a lo lejos.
Dientes de espuma, labios de cielo.


Como agua que corre al mar...

Cuando llega a los ocçeanos
mi voz de sirena canta
removiendo los sargazos
conjurando los fantasmas
encontrándome un tesoro
entre fosforescentes algas.

Por: MARÍA GUADALUPE MUNGUÍA TISCAREÑO

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El poema, al que mi voz hace eco, es "Balada del Agua de Mar", de Federico García Lorca


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